Pues si, me voy de vacaciones, que ya es hora. Visitaremos de nuevo a la madre patria, a la familia, a los amigos, a los conocidos y sobre todo a los bares y restaurantes a disfrutar pidiendo una de choco y una de solomillo al whisky. Me voy yo, pero no se va el blog, que seguirá actualizándose como siempre, bueno, quizás no como siempre, pero a una velocidad moderadamente aceptable. Espero leer vuestros comentarios desde la playa, tirado en la arena y tratando de no ponerme rojo como un cangrejo…

Renovarse o morir, dicen, así que ya tocaba. Tras tres años sin apenas modificaciones visuales, por no decir ninguna, he decidido remodelar el aspecto del blog, a algo más simple, más sencillo, más «zen» por definirlo de alguna forma, pero en definitiva, un aspecto más actual y creo que mejor que el anterior, que facilitará la lectura, ya que parece que a algunos el fondo negro les estaba empezando a causar daños en la retina. Espero que os guste el nuevo «traje» de este, nuestro blog. Un saludo a todos.

Y llegó el tercero. Si, tres años en Alemania, quien me lo iba a decir… Cuando me marché de mi tierra (quizás para hacerlo un poco más sencillo) traté de convencerme a mi mismo y a los demás que sería una experiencia probablemente temporal; «seguramente sólo sean un par de años» repetía una y otra vez a quien quisiera escucharlo (sobre todo a mi), pero esos dos años han pasado y han dado lugar a otro más, el tercero, y mucho me temo que es solo el principio, ya que…

Hay un tema que algunos emigrantes a Alemania tratamos de ignorar, hacemos como si no existiera, no queremos mirarlo de frente ya que nos da respeto (por no decir pavor), algo con lo que debemos lidiar aunque tratemos de no hacerlo….. hablo ni más ni menos que DEL IDIOMA ALEMÁN… si queridos lectores, ese terrible enemigo que nos ha estado asediando desde nuestro primer día en el país. Algunos habéis conseguido luchar de tú a tú contra él, otros incluso parecéis tenerlo dominado (no os confiéis tampoco), pero otros muchos lloramos…