San Nicolás (Sankt Nikolaus)

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Hoy día 6 de diciembre se celebra en Alemania el día de San Nicolás (Sankt Nikolaus), aunque no al estilo español con día festivo de por medio, aquí se trabaja como otro día cualquiera, pero eso no quita que este sea un día especial ya que San Nicolás viene cargadito de regalos.

¿Eso no es lo mismo que hace Papa Noel?

Pues si, es lo mismo, ya que San Nicolás es el origen de nuestro querido Santa Klaus (Papa Noel) y a pesar de que su traje rojo y su costumbre de dejar regalos el día 24 proviene de EEUU, lo cierto es que ambos tienen en común lo que más gusta a los niños: dejar regalos en las casas; aunque en el caso de Alemania la noche del 5 al 6 de diciembre se celebra el Día de San Nicolás, donde los niños reciben chocolates, golosinas e incluso algún pequeño regalo y luego más tarde, al igual que ocurre en muchas partes del mundo, la noche del 24 al 25 recibirían regalos por «Papa Noel».

¿Cómo se celebra en Alemania esta tradición?

Según las costumbres y cultura alemanas, en la noche del 5 al 6 de diciembre San Nicolás acudirá a llenar de dulces y pequeños regalos los zapatos que los niños ponen delante de las puertas de sus casas (solo los que han sido buenos por supuesto). La mañana del día 6, nada más levantarse los niños acuden corriendo a ver que encuentran dentro de sus botas y zapatos. Ese mismo día (hoy), San Nicolás visitará las escuelas y guarderías para pasar un agradable rato con los niños. En algunos lugares de Alemania también se celebra en las oficinas, por los adultos, en las cuales el trabajador más joven debe disfrazarse de San Nicolás y repartir regalitos entre todos sus compañeros.

Hagamos un poco de historia.

San Nicolás, también conocido como Nicolás de Bari o San Nicolás de Myra, fue un famoso obispo que nació sobre el año 270 aproximadamente (no se sabe con certeza) en la ciudad de Patara de Licia (Turquía) y que murió el 6 de diciembre del año 342 en Myra (Turquía), ciudad en la que ejerció de obispo, de ahí su sobrenombre y la festividad de este día. Su otro nombre, Nicolás de Bari, se debe a que sus restos descansan actualmente en la ciudad de Bari, lugar al que fueron trasladados por un grupo de católicos para preservarlos de la invasión musulmana.

Cuenta la historia que desde su más tierna infancia, San Nicolás demostró su carácter piadoso y generoso, llegando a regalar a los pobres todas las riquezas heredadas tras la muerte de sus padres. Según la historia, también su nombramiento como obispo estuvo rodeado de circunstancias extraordinarias; se cuenta que tras morir el actual obispo en la ciudad de Myra, los sacerdotes de la zona y otros obispos discutían sobre quien debería suceder al recientemente fallecido, pero al no ser capaces de ponerse de acuerdo, decidieron que el próximo sacerdote que entrara en el templo sería el elegido. Quiso la fortuna (o el destino), que el que entrara por la puerta fuera San Nicolás, siendo nombrado obispo por ello.

También se le recuerda como el obispo que ordenó la demolición del Templo de Artemisa, que se trataba del templo más grande de la región de Licia, debido a la creciente celebración de ritos paganos. También es recordado gracias a su especial habilidad para conseguir sinceras conversiones al catolicismo, usando según dicen, una dulzura exquisita en sus palabras. En cualquier caso, su defensa del necesitado y de los débiles frente a los poderosos es indiscutible y ha dado origen a su imagen actual y las tradiciones asociadas, siendo el primer santo no mártir que es adorado en oriente y occidente y actualmente es venerado no solo en la Iglesia católica, también en la Iglesia ortodoxa, en la Iglesia copta ortodoxa y en la Iglesia anglicana. Ahí es nada.

¿Y lo de los regalos a los niños de donde sale?

Ahora que ya sabemos un poco más sobre la historia de San Nicolás, hablemos de como ha dado lugar a la tradición de dejar regalos en casa de los niños, de llenar de juguetes y golosinas los zapatos (o calcetines colgados en la chimenea) de las personas que las habitan y sobre todo, por que Papa Noel quiere pasar a través de nuestras chimeneas. Su origen se debe a la fusión de costumbres y creencias paganas con multitud de milagros que se atribuyen a la figura de San Nicolás.

Uno de los más famosos hace referencia a un hidalgo de la localidad de Patara, el cual, tras perder todas sus riquezas y posesiones se vio obligado a prostituir a sus tres hijas para poder mantener a la familia. San Nicolás, apenado por la miseria en la cual se había sumergido dicho hidalgo, decidió ayudarle arrojando durante tres días tres zapatos llenos de oro por la ventana del cuarto del pobre miserable. Otra versión cuenta que en vez de arrojar dichos zapatos llenos de oro, arrojó varias monedas de oro por la chimenea, que casualmente cayeron dentro de las medias que las pobres chiquillas dejaron durante la noche secándose en la chimenea.

Otro de sus milagros más conocidos fue el de resucitar a tres niños que fueron sacrificados para poder dar de comer a los clientes de un hostelero, por lo cual se le representaba en multitud de ocasiones junto con tres niños en una cubeta a su lado, y esto ha dado lugar a la tradición de sentar a los niños junto a Papa Noel.

¿Pero como hemos llegado desde San Nicolás a Papa Noel?

El proceso de transformación es obviamente lento y complejo, pero voy a tratar de explicarlo. En los países germanos y también en los países bajos, la festividad de San Nicolás se lleva celebrando desde hace mucho mucho tiempo, de una forma muy parecida a la actual, con regalos, aunque no se sabe con certeza su en que momento exactamente. Lo que si se sabe a ciencia cierta es que sobre el año 1624 emigrantes holandeses fundaron la ciudad de Nueva Amsterdam en los EEUU (actualmente conocida como Nueva York), y obviamente al trasladarse se llevaron consigo sus tradiciones y costumbres, entre las cuales se incluía la celebración del día de San Nicolás.

Más adelante, sobre el año 1809 el escritor Washington Irving, inspirándose en las tradiciones de los emigrantes holandeses escribió una sátira llamada «Historia de Nueva York» en la cual aparecía dicho santo, pero deformando la pronunciación holandesa de su nombre (Sinterklaas) para formar el nombre de Santa Claus.

Al cabo de unos cuantos años, en el 1823, el también escritor Clement Clarke Moore publicó un poema donde se le da forma al Santa Claus de Irving, mostrándolo como una especie de duende pequeño y delgado que daba regalos a los niños el día antes de navidad (aquí tenemos el cambio de fecha del 6 de Diciembre al 24 de Diciembre), los cuales transportaba en un trineo tirado por renos.

Posteriormente, en el año 1863, el dibujante alemán Thomas Nast lo retrató con su forma actual, de viejo gordo barbudo y bonachón. Thomas, aunque de origen alemán, pasó toda su vida en EEUU, donde se trasladó junto con su madre a los 6 años de edad. A los 15 años ya trabajaba como diseñador para el periódico Frank Leslie’s Illustrated Newspaper y tres años después para el Harper’s Weekly. Declarado anti-católico y anti-inmigrante, realizó diversas caricaturas sobre el catolicismo y la navidad, y tal y como se ha mencionado, sobre Santa Claus.

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A mediados del siglo XIX, el Santa Klaus americano dio su salto a Inglaterra y de ahí a Francia, fundiéndose con Bonhomme Noël, con el cual tenía cierto parecido físico, dando lugar al nombre de Papa Noel que hoy conocemos en Europa, aunque su supuesta procedencia del polo norte surge de un anuncio de finales de siglo, creado por la empresa estadounidense Loman Company.

Ya en el siglo XX, de nuevo una empresa estadounidense, Coca-Cola, encargó al pintor Haddon Sundblom que retratase a Santa Claus de una forma un poco más humana, dando lugar en el año 1931 a la imagen actual que tenemos de Papa Noel.

Por cierto, lo del color rojo del traje de Papa Noel es anterior al anuncio de Coca-Cola, por lo que la leyenda urbana de que fueron ellos los que lo pintaron de rojo es solo eso, una leyenda, aunque si que es cierto que ayudó sobremanera a popularizar la imagen americana de Papa Noel en todo el mundo.

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¿Cómo surge en Alemania la celebración del día de San Nicolás?

San Nicolás, fue adorado como santo tanto en occidente como en oriente desde prácticamente su muerte debido a la multitud de actos de bondad que hizo en vida, dando lugar a que tan solo unos 200 años después de su muerte ya se erigieron templos para venerarlo.

Se cree que en la Alemania de Otto II ya se adoraba a San Nicolás, probablemente gracias a su esposa Theophano, la cual declaraba y promovía su fervor hacia San Nicolás. Posteriormente, gracias a los cruzados y los peregrinos, su fama como benefactor y defensor del desfavorecido creció y se propagó por todas partes, convirtiéndose en protector de marineros y comerciantes pero sobre todo, amigo y salvador de los niños. Ya por aquella época, cada 28 de diciembre se celebraba la fiesta de los Santos Inocentes, en la cual estos (representados por los niños) salían a la calle para pedir limosna acompañados de un obispo. El día 6 de diciembre se hacía exactamente lo mismo, pero en este día los niños salían disfrazados de pequeños diablos. Poco a poco las dos fiestas se fueron fundiendo en una sola, que se estableció finalmente en el día 6 de diciembre y los trajes de diablo cambiaron a trajes de paje.

Conforme San Nicolás va adquiriendo fama y el catolicismo va creciendo, su figura y celebración se va fundiendo con creencias y tradiciones populares, como la de dejar un zapato bajo la chimenea para que apareciera lleno de regalos, costumbre que ya existía en el año XVI como símbolo del vínculo entre dioses y humanos, los cuales usaban la chimenea como médio para entrar en las casas. Igualmente la celebración de San Nicolás se fue mezclando con otros personajes paganos, como la bruja Befana y los ancianos y alemanes Berchta y Knecht Ruprecht, los cuales haciendo gala de un carácter extremadamente generoso, daban regalos a sus adoradores, lo cual dió lugar a la tradición de dar regalos en el día de San Nicolas, el 6 de diciembre.

Posteriormente, tras la reforma religiosa, los protestantes alemanes quisieron dar más importancia al Niño Jesús frente a San Nicolás, como figura que entrega regalos el día 25 de Diciembre, pero no lo consiguieron totalmente, manteníendose la figura del santo, por lo que acabó incorporándose a los ritos y costumbres propias de la navidad. Posteriormente, en el año 1969, el papa Pablo VI suprimió la festividad de San Nicolás del calendario católico, por lo que queridos amigos, San Nicolás no es un santo para la Iglesia católica, por si creíais lo contrario.

¿Y que pasa con Krampus?

Esta figura ya no es tan popular como San Nicolás, así que para el que no lo sepa, Krampus sería el reverso malvado de Santa Claus, un demonio que castiga a los niños que han sido malos aterrorizándolos con sus oxidadas cadenas y campanas hasta conseguir que se arrepientan de su mal comportamiento, pero a  los que no lo hacen, a los que no se arrepientan de sus actos, los meterá en su saco y se los llevará al infierno para devorarlos lentamente; vamos, lo normal.

El origen de este demonio es pre-cristiano, con un mínimo de 10 mil años de antigüedad, y aunque su fecha exacta de «nacimiento» no se conoce a ciencia cierta, su aspecto si: el de un malvado ser peludo, con pezuñas, cabellera negro, una larga lengua roja y unos magníficos cuernos que le brotan de la cabeza; todo una dulzura para la vista. También dicen las leyendas que siempre viaja con una cesta llena de varillas de abedul cargadas de púas e irrompibles las cuales usará para azotar severamente a los malvados niños.

En algunas zonas de Alemania y sobre todo en Austria, el 5 de diciembre se celebra la que se conoce como Krampusnacht (la noche de Krampus), en la cual unos amables tipos se disfrazan de Krampus y visitan las casas de los vecinos, los cuales amablemente les dejan pasar para que aterroricen agusto a sus propios hijos, recordándoles de esta forma lo que les puede pasar si se portan mal.

La palabra Krampus proviene de la antigua palabra alemana «krampen”, que significa garra. En otros lugares de Europa a este ser se le conoce por otros nombres, como Knecht Ruprecht, Klaubauf, Pelzebock o Schmutzli.

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¿Y a vosotros que os ha traido San Nicolás hoy? ¿o se os ha llevado Krampus en su saco?