La primera compra

Tiempo de lectura: 4 minutos - Publicado por en Costumbres, personal

Al poco de llegar a Alemania hice mi primera compra, toda una experiencia, en el supermercado Edeka. Este supermercado en cuanto a calidad y variedad podríamos situarlo un poco por encima de los supermercados de el Corte Ingles. Nada más llegar, me di cuenta de una pequeña dificultad que iba a encontrarme durante toda mi travesía: estaba todo en perfecto alemán. Así que tras armarme de paciencia y de un diccionario Español-Alemán / Alemán-Español, me dispuse a disfrutar de tres horas seguidas de apasionante compra.

Lo primero que me llamó la atención al entrar fue la estupenda panadería que tenían, con muchísimos diferentes tipos e ingredientes, todos ellos más que apetecibles (con razón los alemanes dicen orgullosos que tienen el mejor pan del mundo, cosa que corroboro). Justo a continuación, me encontré una frutería «totalmente equipada», con todo tipo de productos de la tierra, verduras, hortalizas, frutas, etc, vamos, lo habitual, pero todo muy bien cuidado y expuesto. A partir de ahí, toda una experiencia de productos desconocidos, marcas irreconocibles y uso continuo del diccionario.

Una de las diferencias que más me llamó la atención con respecto a los supermercados españoles fue la enorme cantidad de productos «BIO» (ecológicos) que tenían disponibles, pero no en una sección específica como suele ocurrir en España, los tenían en cada sección del supermercado, mezclados con los productos normales, de hecho, no había sección que no tuviera los propios. Otra cosa que me llamó la atención fue la variedad que tenían de muchos de sus productos, es decir, cuando fui a comprar una docena de huevos «como Dios manda», me encontré con 9 marcas diferentes para elegir, después, cuando quise comprar pimentón en polvo, llegue a ver de 15 marcas diferentes (había toda una sección específica de especias), si quería comprar una salsa de tomate, tenía otras 10 para elegir, etc. Esta variedad, aunque al principio lía un poco (te vuelves loco para elegir uno de entre tantos), luego se le saca mucho partido, ya que te permite hacer una compra a un precio más que razonable en un supermercado que te proporciona una calidad y variedad excelente como es el Edeka.

También me llamó la atención la estupenda carnicería que tienen, llena de carnes y fiambres, con muchos productos específicos para hacer barbacoas, pero después de un buen rato intentando comprender lo que veía, me propuse comprar un buen pescado para celebrar mi primera compra en Alemania y…. sorpresa… tras cuatro vueltas completas al supermercado (me decía una y otra vez que no podía ser, que me tenía que estar saltando algo), me di por vencido y acepté el hecho de que no tenían pescado fresco (me pareció muy extraño viendo la calidad del supermercado), aunque si congelado. Posteriormente, tras preguntar a los compañeros de trabajo, me explicaron que las pescaderías no suelen estar dentro, si no fuera de los supermercados y suelen ser independientes, ya que no están disponibles todos los días. Días mas tarde, tras ir de nuevo al Edeka, comprobé que efectivamente, justo en la entrada se encontraba un puesto móvil donde vendían todo tipo de pescado fresco para poder satisfacer mi antojo pasado.

Así que en cuanto variedad, perfecto, en cuanto a calidad, también perfecto, pero…. ¿y el precio? ¿es como en cree en España casi todo el mundo, que aquí se cobra más pero porque las cosas son mucho más caras? Bien, pues puedo responder con un NO y con un SI. Digamos que en España, el abanico de precios que podemos encontrar va desde lo extremadamente barato, pasando por lo barato y luego por lo moderadamente caro y finalmente lo caro, pero sobre todo, nos movemos por los dos primeros, y generalmente en un supermercado concreto se moverá por dos de estos rangos. Aquí en Alemania casi todos los productos se moverían más bien en el segundo y tercer rango, aunque en el mismo supermercado puedes encontrar productos de todos los precios posibles. Es decir, que es posible hacer aquí una compra muy muy similar a la española y por un precio prácticamente idéntico, pero tienes que buscar un poco más ya que el abanico de precios es más amplio que en España. Resumiendo, el mito de que aquí todo es mucho más caro os aseguro que es totalmente falso (al menos en lo que se refiere a hacer la compra).

En lo que a mi respecta, Edeka se ha convertido en mi supermercado habitual, veremos hasta cuando.